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Mostrando las entradas de octubre, 2024

«Aguas en calma...»

Aguas en calma. La estela de los botes se desvanece. El Pedregal, octubre 6 de 2024 ___ La senda del haiku ,  « LIV Reto de haiku » ,  Sevilla, España, octubre 6 de 2024.  Hotaru ,  « Sin nieve en las montañas » , Sevilla, España, núm 5, diciembre de 2024

«Noche estrellada...»

onexchoice, 2022 Noche estrellada. Toda la inmensidad cae en los pinos. El Pedregal, octubre 9 de 2024 ___ La senda del haiku ,  « XV Reto de kigo», Sevilla, España, octubre 14 de 2024.

IV Encuentro Internacional de Poesía de Xochimilco en Trajinera

Volante promocional Presentación

Cinco poemas

María de la Luz Carrillo Romero Recibe estos huéspedes: son familia de las promesas que ayudarás a cumplir. Habitaban el recodo del búcaro donde nos tienen esperando la nueva del mensajero que no logró ponerse la boca. Desde entonces, ellos hilan la posible llegada que aguardamos comerciando los toques de la memoria y tú eres lo único que tenía para cambiar por un asiento que no tape el próximo retorno. Trátalos como me enseñaste y diles en qué lugar de la plaza se estaciona la sombra para yo, desde allí, preguntarles qué se siente.   El Pedregal, julio 30 de 2024   ***   Flotantes nabos operaciones tejiendo la senda el contorno que bebe prontitud la baja andanza el limonero: la ingente lustre su relación con el sesteo ebrio de los puros y las agujas chuecas que los tiñen...   El Pedregal, 1° de agosto de 2024   ***   Soplo enmielado en caja de violines: despertar de rosas que hagan a su modo...

Joro Visla o llorar solo a nos toca

Ernest Descals i Pujol, 2020 Acodados en el vaso lleno de promesas, una pipa santiguada en el bolsillo, dos haikus y una bolsa con libros de segunda chupando sucio, Ramiro acerca un quehacer pendiente, la atronadora sugerencia del fin, y yo le cuento, el habla absorbida por el negror ya no humeante como en prósperas sugerencias, obsequios con servicio incluido: —Tenía mi edad; llevaba la licenciatura a su término; subía montañas como enseñando aterrizajes; se entretuvo queriendo la pedagogía y el relato cual dos libros que saca de su maleta y los pone abiertos sobre el escritorio, no para dictar, sino para librarlos de la semántica tristona. Aceleró la recta metrópoli, conoció las nitideces de la calle, el árbol podado, la manguera relampagueando lombrices y hormigas en caravana; los alcances de un insulto y la premura de una caricia; el tibio conocerse en la inmediatez del ajetreo, en la noche rosácea que estancó los barros inamovibles, la palma sembrada en un rincón. »Dos encuentros ...