Minilibros de Sonora, 2025 Son las siete y media del veintiuno de febrero; allá es veintidós. Estoy con la cortina cerrada: llovió un poco antes de las seis, escampó, volvió a llover y a escampar. Ya me hice chorizo de pollo con arepa, aguadulce y dos tostadas. Acabé la aguadulce esperando que iniciara el encuentro, pero un compañero se fijó en el cronograma: empezamos módulo el lunes con otra profesora. La monjita preguntó por ustedes. —¿Y la mamá cómo va? —Ahí; lo mismo... Y ella y todos los que preguntan saben qué es lo mismo: lo que ustedes repiten en la isla. Hasta se me hace innecesario responderles; me desquito cuando me dicen que les mande saludos. Como que se les perdió el contacto o no les llegan los mensajes o le escriben al celular que se les dañó... La razón de la abuela, el no querer volver, a este paso, la suscribo. Gallina está cargando adobes hasta las cañas de don Jesús; ahí las descarga y Miro culmina el tramo donde el señor que le organizó los quince a Camila. Tambi...
(Itagüí, Colombia, 2002): licenciado en Literatura y Lengua Castellana (Tecnológico de Antioquia); maestrando en Educación (Universidad Santiago de Cali).