Detalle de portada. Más allá del límite , Israel Zzepda, 2011 I Salir a tomarse un tinto en el bar donde nadie lo conoce a uno y poner en práctica el amor con la mesera o con el obrero tomándose los diez mil encontrados de camino a casa: “La amaré agradeciéndole, sonriendo y pidiendo las otras con un llamado suave, cuando ella y yo nos veamos... Y lo amaré a él emborrachándolo”. Pero ese amor no se fundamenta en nada, o no le veo fundamento: es como ir a misa porque hay que ir a misa y evacuar la iglesia porque todos la evacúan; es reclamar un mandado porque mandaron a pedirlo; bautizarse en cuantas religiones lleguen al pueblo. La trascendencia no se dilata y aun así da la sensación de dulce compromiso, de encapricharse por el bien del otro: procurarle el bien: si se le cae la cerveza levantarla y tomarla por mucho líquido que haya perdido y no reclamarle las papas que se le olvidaron. Comprometerse con nada : eso, lo fácil, lo superficial, lo perecedero, es lo que gusta, el fin a s
(Itagüí, Colombia, 2002): estudiante de la Licenciatura en Literatura y Lengua Castellana del Tecnológico de Antioquia.