Peregrino
Soy nuevamente
de camino a la lluvia
—tan poca como un fraile—,
las medias encharcadas,
aplastando los hombros,
ocultando la cabeza de
las lumbreras,
amigo del vaho,
tras la partida.
Lo que me espera, lo
conozco:
saber la brizna en la
cara;
fuera valijas, trastos;
me tengo por equipaje;
mi dirección,
un sendero tan propio
como mi suela; un perro,
¿hace cuánto ilusionado
en mí?
Yo teniéndolo por
enemigo,
ambos en fila, hacia la
quebrada,
entre el cañaduzal,
borrados por la neblina,
vapor de monte.
***
Virgen
del Croma
niña que en vientos grises
vientos verdes aguardó
Alejandra
Pizarnik
como roja la calle de
subida
al ambarino de los
frontis
al violeta de los rostros
al azul de las uñas
y al magenta de las
cortinas
le sucedieron
los grillos
y sus palmas
cortadas
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