Margarita García Alonso |
Corrí no tanto porque era de noche cuanto porque los míos
ya se iban a acostar. Me agaché en el patio, abrí la puerta medio alzándola,
cogí hacia la cocina, asomé la cabeza y la sostuve hasta que asusté a R... que
leía un papelito de cuaderno, doblado y desdoblado, casi sobándose los ojos,
apagándolos, a la luz del bombillo —los trastes, los paquetes de hierbabuena y una bolsa con
más ingredientes sin arreglar...
—¿Qué es
eso?
Ella sonreía como niña pillada, como si la pregunta ya
estuviera respuesta: guardó el papelito en sus senos y amarró la bolsa con un nudo
y la metió en las cortinas hechas cajones.
No logré detenerme en grafismos pero supe que guardaba
algo a utilizar contra su hija, enamorada por ese entonces de un confitero que
vende, con su madre al otro extremo, a la salida de un centro comercial. La
hija surtía a novio y a suegra con los limones cogidos y vendidos en fruver. Con
ese papel, esos versos, y la cocción de las matas recomendadas, daría el golpe
irreversible a la cachona y a los vivos.
Lo pudo conseguir en una naturista —pidiendo
primero unos matojos de baño de apartamentos y luego sentando bases con un
separador— o, más concluyente, en una tienda esotérica, a la que no
nos pide que la acompañemos... a la que nunca se podría decir que ha ido...
Y a medianoche, y a la madrugada: «¿Y si
esas letras iban para mí? ¿Qué le dijo la vidente apenas ella entró a su
consultorio? ¿Cuándo cataría los bebedizos?»
Nunca supe —va
un sexenio— a quién aplicó el brebaje
—hija y
nieto rompieron sus noviazgos[1]— y no me
atrevo a averiguarlo ahora que anda con el Señor.
***
Para sacarse la negatividad energética, lave
un tarro de café —se recomienda echar el agua hervida dentro, menearla y servir—
y agregue, hasta la mitad, arroz crudo; luego limón y borra; y mete el tarro
debajo de la cama para que absorba los malos deseos, los hechizos y el sudor.
Una contraindicación es que, si se vive con otros, es posible ver impedido el
funcionamiento del cóctel por una escoba fisgona. En tal caso, y si la escoba
solo barre y no mira, se regarán los sudores alimonados debajo de la cama,
destemplando el ambiente a lavanda por uno a vómito enjarrado y relamido. Y
como son los malestares de uno, los otros se darán cuenta del olor pero no del
origen, y tendrás que limpiar cuando llegues —no hace falta decir que no merecen
ser regañados— sin aspavientos, sin ofuscarse...
***
Diario
del 21 de noviembre de 2023
Escribí catorce líneas sobre la verdad en la
guerra, leí Días y noches..., cumplí
con creces las páginas del diario y ya había comido.
Conecté el televisor y me acosté a pasar los
canales, del uno al cien, vieja forma de mover la pereza: hay de todo para
todos: monjas rezando el rosario; padres, en un monte —así quiero que se me vea
en las lecturas—, interpretando la Palabra; los muñequitos, viejos y nuevos —los
viejos sobre una familia en el espacio: la maquina se rebela; y los nuevos sobre
animales salvando ciudades—; un presidente de cooperativa explicando el proceso
de desinfección del cormo del plátano mientras un jornalero, limpio, corta el
hijo del plátano, mete el cormo al balde química y lo tira al camión;
presentadores detallando las pintas de los Grammy; los noticieros de las
regiones con calidades desbaratadas; el fútbol nacional; los canales de música
electrónica, urbana —el de Medellín en dúo con el inglés castellanizado—, la de
la española luciendo traseros en sillines —sus cámaras superan al de las
regiones— y Telenostalgia, «la máquina del tiempo».
Este canal pone baladas del tipo Marco Antonio
Solís, Roberto Carlos, Leo Dan... —la música de mamá cuando hacía aseo—, con
los videoclips y toda la cosa. Abajo aparecen los mensajes de invitación y el de
los televidentes:
«Envía mensajes y saludos a través de nuestra
aplicación y saldrán en pantalla...»
«Si presenta dificultades al respirar, tos
seca que no se cura, puedes llamar al...»
«¿Quieres conocer amigos y amigas nuevos?
Ponte en contacto con los números que aparecen en la pantalla».
«Brujo kaikara. Regreso, ligo, domino pareja.
Saco guaca. Gane chance».
«Alicia experta en problemas de amor,
infidelidades, desprecios. Conjuro maleficios».
«Templo llanero: todo problema tiene solución.
Salud, dinero y amor. Pactos, guacas, chance. Cancele al resultado».
«Llanero indio. No cobro ningún trabajo. Regreso
ser amado ligado y domado».
«Llanero Israel, regreso pareja en
veinticuatro horas».
¿Todos los llaneros serán uno solo? ¿Y todos
los brujos —incluida Alicia— no serán el llanero? ¿Y el que pregunta por la
salud no será también el llanero, si es que es un llanero?
Carlos Figueroa
San Pio X, enero de 2024
[1] La exsuegra siguió vendiendo los confites
pero el exnovio tuvo que montarse a una bici botada a hacer domicilios.
___
delatripa, Matamoros, México, año 11, no. 78, febrero de 2024.
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