Pulporama, 2024 |
Los puentes a la
mitad
atizan el ocaso.
Esa cabaña
aún se
conserva...
para traspasar a
quien la tropiece:
los seguidores de
la grúa
que señala a
ningún porvenir
como adivino.
La veleta se
asfixia.
El buzón
nunca recibirá
años nuevos:
se descontinuaron.
De las torres de
transmisión
cuelgan
anuncios
que al caer se
evaporan
con el milenio.
La nave que
identifica a la comarca
es la comarca
su fin truncado.
Modorra de látex
y carreteras
descuajadas
a filones de
radiación
ocupando averías
de mula.
El carrito de
supermercado
deja que lo
traspasen
remolinos
que se montan al
observatorio
a tentar sus
copas.
La campana
ocultó una tumba.
Fondo de pinos
desnutridos
la tierra erizada
por el chuzón
atómico.
El farol dócil:
no va alumbrar
a los psiquiatras
que quedaron en
ser breves.
Nada valen los
soldados
entre tanta muesca.
En el valle
se vislumbra
una corbata y un
fusil
parpadeando en
cortocircuito.
El Pedregal, julio 30 de
2024
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