Perro semihundido, Francisco de Goya, 1819 |
Bajo
de donde la tía y, en las escalas al primer piso de Javier, un pichoncito, al
que le caía un chorro, llora bañado en sangre.
Se
acerca Daniel, Nora y Caro; Daniel propone acabarle el sufrimiento partiéndole
la cabeza. Busco en el parqueadero piedras que le vayan a separar la cerviz; le
extiendo una pero él encuentra con filo y, al querérsela tirar, más por
pegarle, sin punto fijo, le toco el lomo y es Muñeca.
La
llamo, las patas no le responden, cae al suelo pero se levanta y se lambe:
—¡Vamos
niña, vamos a tomar agua, vene!
El Pedregal, septiembre 30 de 2024
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Bitácora del Pequod, "Metamorfosis", México, vol. 1, octubre de 2024
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