El batacazo, Martha Minujín, 1965 |
Cerrar podré, algún día, la mirada,
como he prometido en vanos intentos,
en nivel incomparables, violentos,
hasta perder y olvidar la medida,
y tú podrás marcharte, loca, amada,
pues abrirás las ventanas: los vientos
ya no serán como antes, macilentos,
sino más próximos a la diablada.
Entonces repartirás los cantares
a gentes que serán como tú, ingratas,
y que, repitiéndote, cuán impares,
cuán secas gentuzas, igual de bastas
que el hábito ingrato, tuyo, en quereres,
que mi toril capricho en falsas santas.
El Pedregal, febrero 17 de 2025
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Revista Literaria Trinando, México-Colombia, febrero 19 de 2025
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