![]() |
Una mujer alada y vendada, Georg Pencz |
La sopa estaba
servida. Esta vez permanecimos con las vendas, sin hablar. Así, el ausente puede
ser cualquiera y disuaden el rechazo por apegos.
Solo que pasó por mi mente quién era el bebedizo de esta ocasión, de quién
era la grasa y la proteína que nada con las yucas.
Comimos, pedimos sal a los supervisores y nos dejaron reposar para la
prueba: el que adivine el nombre del preparado tiene derecho a una hora de sol.
El Pedregal, marzo 9 de 2025
___
Puente de realidades, Morelos, México: Minificción, marzo de 2025
Comentarios
Publicar un comentario