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Iván Cáceres o el sueño performático (II)

Nube, 2016


6. ¿La psicoarquitectura va trazando un mapa en ampliación o es el foco en las zonas oscuras de los lugares?

 

Lamentablemente, siempre digo que soy arquitecto y me gusta medirlo todo, y pienso que cada espacio es medible en el sentido de, medible digamos en sus sensaciones, en su forma de lanzarte información, ya sea como elementos que también succionan energía, la almacenan, y van soltando de a poco por la sobrecarga que también ellos sienten, bueno, estos espacios; y los espacios pueden ser no solamente cuatro paredes, un techo, no; espacios pueden ser piedras, puede ser un vacío, puede ser un animal o una planta, y esto se manifiesta de diferentes formas, y cuando uno se da cuenta e ingresa a estos espacios y te hacen ingresar a estos sueños, te hacen ingresar a estos mundos, lo primero que uno se da cuenta, como decía al principio, es que ya no tienes el cuerpo que tienes acá, en este mundo «real». Entonces supe ese instante que, por ejemplo, me hacía preguntas como: «¿Sí respiro? ¿Sí transpiro? ¿Tengo pies, tengo brazos? ¿Cómo puedo medir estos mundos? ¿Cómo puedo medir estos espacios en los sueños?» Y estoy hablando de sueños, ¿no?, porque también la arquitectura del mundo de los sueños es diferente a la de acá, y no es nada parecido a lo de acá; entonces me he propuesto medir esos mundos, pero lo primero que tenía que hacer es ¿cómo hago una medición si no tengo pies, si no puedo ni siquiera darme escala de un espacio? Entonces lo primero que me imaginé por ejemplo en un sueño es sentir los latidos del corazón y escalarlo: cada latido de corazón es un metro; ahí me di cuenta, en el momento que avanzaba, que cada latido era un metro y le daba dimensión; o, también otra forma de medición podría ser la respiración: eso podría ser un metro: me di modos de medir las distancias que recorría, y a partir de ellas empecé a construir mapas: tengo muchísimos mapas, alrededor de doscientos mapas de estos mundos, están como cartografiados los lugares que he recorrido; en muchos lugares habitan seres que son muy, muy raros, diría yo raros, gigantes, elementos que flotan todo el tiempo; seres, personas, o seres que son como puntos de luz que están recorriendo por allí, y bueno, ahora estoy estancado en un lugar donde precisamente fabrican máquinas; es un lugar increíble donde, yo les llamo «máquinas» ¿no?, en realidad son como elementos que te transportan: tú tomas como un taxi y te llevan más, más adentro, más allá de estos mundos.

 

7. ¿Qué sucedería en caso de que los sueños te abandonen (viendo que tu obra se funda en estos)?

 

En algún momento comentaron muchos: «Iván debe tomar psicotrópicos, etcétera, para imaginarse todo esto». Pero en realidad no lo hago, no consumo ningún tipo de psicotrópicos, y es más: tengo miedo a consumirlos por el mismo detalle que tú mencionas: si se da el caso de que me abandonen por esa causa. Pero estoy convencido de que no lo harán porque yo, ya no ellos se apoderaron de mí, sino yo me apoderé de ellos, porque ya puedo manipular el sueño, y me es fácil ingresar y convivir con ellos. Acá también dices que se funda mi obra sobre ellos. En realidad, creo que todo lo que he realizado es un documento de algo que está sucediendo por allá; lo que yo siento es que, como medio, solo lo documento, y precisamente acá lo llaman como una obra de arte, o arte contemporáneo, etcétera, pero en realidad solo es eso: es la documentación de algo que me está sucediendo, y no solamente a mí, hay muchas personas que lo hacen pero otras lo hacen en silencio, y estoy hablando de personas que viven en montañas, alejados ¿no? En la mayoría son personas que están desconectadas del mundo moderno: son pastores, son personas que no tienen conexión con medios pero sí viven a plenitud estos mundos en su hábitat de soledad, llamaríamos así, y son precisamente los callahuayas (los brujos, los chamanes que le llaman, acá les llamamos los callahuayas), los maestros yatiris que precisamente conservan estos lenguajes de hablar y dar conocimiento de voz a voz. Esa es la forma oral de transmisión de conocimiento, junto a la transmisión de conocimiento a través de los sueños también, ellos lo manejan muy bien. Y bueno, no le tengo miedo a aquello y creo que esto va a seguir porque ya estoy, poco a poco, dejando este lugar donde, como te mencionaba, hacen estas máquinas o aparecen estás máquinas: ya están apareciendo otras cosas en las cuales estoy ahora trabajando en materializar. Seguramente ya en lo posterior mostraré.

 

8. ¿Por qué comunicar el mundo material con el de los sueños?

 

Bueno, me detona un elemento primordial que uno se da cuenta cuando transita demasiado tiempo de estar entre ambos contextos, y es precisamente que nuestro cuerpo no está diseñado para ciertas cosas, y en el mundo de los sueños pasa lo contrario: por ejemplo, en el mundo material, el cuerpo no está diseñado para la felicidad; nos da ciertos picotazos de felicidad, ciertos toques, pero cuando tú ingresas al mundo de los sueños es cuando dejas de tener el cuerpo y la felicidad es tan devastadora, tan que rebasa, es tan que no cabe en el mundo material, y el mundo de los sueños es tan inmenso, tan grande que no se puede explicar con palabras, pero es preciso comunicarlo y eso hace que hagamos el ejercicio de todos los días, el de dormir, que es el ejercicio para no sentir dolor cuando uno muera. Y lo hacemos cada día, y cuando llegue el momento es precisamente eso, esa explosión de felicidad de ese instante y para que no sea tan traumático ¿no? Me es difícil transmitirlo con palabras, pero seguro con dibujos, etcétera, se puede hacer eso, y sí tengo algunos de ellos pero creo que va por ahí: es preciso ser consciente de a poco de que vamos a estar mejor allá que acá.

 

9. ¿Hay espacios con más densidad onírica que otros?

 

Sí: yo recomiendo ir, por ejemplo, en Bolivia, a Potosí. Potosí es, ha sido la Nueva York del siglo XVII-XVIII: sacaban oro y plata de Potosí hasta España y con todo ese oro bueno Europa se levantó, etcétera. Entonces en esos lugares había mucha esclavitud, mucha deformidad en el sentido de que había una fiebre de plata y oro, entonces les llamamos aquí «las personas cara de palo», las que desconfían; hay mucha maldad, muchas formas de ritualidades para que no te roben tus cosas; entonces esta densidad de espacios todavía existen hasta este momento, esas casas siguen existiendo. Este lugar, por ejemplo, es declarado por la UNESCO como patrimonio de la humanidad, porque se mantiene, y bueno cada uno de estos espacios mantienen también esa energía y hasta ahora la siguen expulsando de a poco, y es claro cuando uno habita esos espacios, y cuando uno duerme es... bueno prácticamente no duerme porque es demasiado fuerte estar allí. Pero también sus minas: cada mina tiene su diablo interno y no es una alegoría, en realidad sí hay un diablo ahí construido con forma de muñeco, etcétera; si algún momento tienes la oportunidad de ir a una de estas minas allá en Potosí es para asustarse: tienen diferentes formas, inclusive en estos recorridos de las cuevas para minería, o sea, las rocas se parecen a ciertos seres, entonces sí lleva su carga, lleva su carga de tiempo.

 

10. ¿Cómo te preparas o qué técnica utilizas para encontrarte con los sueños?

 

Más que todo es un hábito. Lo que hago, por ejemplo, ni bien despierto, empiezo a bocetear antes de que se me borre de la mente el sueño que tuve. A veces no pasa nada, a veces no se sueña nada entonces solamente puedo poner por decirte un punto y ya, pero está boceteado lo que pude hacer y lo que no hice. Entonces una vez boteceado, empiezo a ser más mimético en ese boceto: empiezo a hacer más dibujos de aquel elemento puro que ya lo había tenido. Y de pronto aparecen elementos, figuras, seres o máquinas a partir de esos bocetos; y como decía antes, una vez que boceteo, camino las calles, consigo materiales (porque casi no los compro, es más que todo reciclaje de elementos que encuentro en la calle y se asemejan a lo que he podido soñar y los presento) y una vez que los materializo, bueno, no tengo que mostrar a la gente, o sea, por decir, si yo me he soñado en una montaña, con este ser, entonces inauguro la obra en una montaña, llevo la obra en una montaña, no soy muy así de las galería o museos etcétera. Llevo a la montaña la obra y mi público son ovejas, vacas o pájaros y la dejo ahí, y vuelvo de un mes o dos meses al mismo lugar y de repente están allí todavía, otras han sido comidas por los animales o prácticamente han desaparecido pero a veces dejo la obra que se la consuma su lugar de origen también. Entonces es muy importante, yo hago eso: respetar el sueño donde pudo haber ocurrido, no siempre muestro en una galería. Porque pierde, pierde su potencia encerrado en cuatro paredes o sea, no surgió allí, y cuando pasa eso precisamente ya es una concepción más de galería, de espacio, de pared, cubo blanco, de cómo presentar luces, estéticas, dimensiones, etcétera ¿no? Sí me ha pasado pero prefiero salir de ese cubo y mostrarlo a personas que no tienen tal vez ninguna formación sobre arte, qué se yo, o inclusive, como te decía, animales, y creo que son más honestos en las críticas.

 

11. ¿Cómo considerarías la crítica de tu obra a partir del metasueño?

 

Encontré un texto mío, me gustaría leértelo; dice así: «Imagino e ingreso en su estructura cónica, entrecruzada a través de su abertura; entro, y de su luz emergen semejantes de sí que anidan sus suelos en el vasto tiempo, desaparece y va al cielo; y los hombres que aún no conocían la luz pecan contra él. Esta caída después de mucho tiempo provoca otra aparición creadora: el sabio consciente y convierte al hombre en estructura viva. Del cielo al sol y a la luna, dirigiéndose siempre hacia el norte, y al oeste en las lejanías del cielo, donde se perdió junto a escoltas de siempre: la conciencia de la arquitectura. Encuentra el habitar, se fusiona, se hace una sola, y en sus puntas se alza majestuosa. En el mundo de los sueños he podido evidenciar que la comunicación se maneja con leyes de sonido, imagen y luz, y que por el momento la palabra no existe, por lo tanto, quiero crear una máquina, una máquina que dentro de sí pueda cultivar rostros para después poder comunicarse mediante la materialización de sueños».


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Página Salmón, México, año 9, núm. 28, enero-abril de 2025. Mención especial del jurado, Laboratorio Internacional Escribir sobre Arte, Papel y Bellas Artes, Medellín, Colombia, diciembre de 2024

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