Fuente: Confidencial Hace una columna hablaba de ver las cosas que pasan, de no ser un compartimento estanco y darme cuenta de lo que sucede a mi alrededor, en términos de injusticia y barbarie. En esta ocasión hablaré de las tres masacres y de los cuatro líderes sociales asesinados (y el cuerpo encontrado de una lideresa) la semana pasada. (No puedo asegurar que fue una de las semanas más sangrientas, pero sí es cierto que, para iniciar este año, es una de las más indignantes). El 17 de enero en Orocué, Casanare, se encontró el cuerpo, a orillas del río Meta, de la «lideresa campesina, médica, reclamante de tierras» y presidenta de la veeduría de Orocué, Luz Marina Arteaga Henao, que había desaparecido el miércoles 12 cuando salió de su finca. Este atentado fue el cuarto en lo corrido del 2022 y sumó un número —una historia, un recorrer, un espíritu— a los 1289 líderes asesinados desde el acuerdo de paz. El mismo lunes ocurrió la séptima masacre del año de cuatro personas —tre...
(Itagüí, Colombia, 2002): licenciado en Literatura y Lengua Castellana (Tecnológico de Antioquia); maestrando en Educación (Universidad Santiago de Cali).