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Mostrando las entradas de abril, 2024

Mampuján

El Nuevo Siglo , 2019 Cinco y media de la tarde del diez de mayo de dos mil dos; Mampuján, corregimiento de María La Baja, Bolívar. Los paramilitares bajaron de los cerros y mandaron a todos « los colaboradores de la guerrilla » a la plaza, en filas de velas, pasando uno por uno. — ¡Eso mismo que hicimos en El Salado lo venimos a hacer aquí! —no podían olvidar el rumor vivo de que, entre otras cosas, jugaron fútbol con el balón de las cabezas. A las ocho, clamando en medio de golpes y empujones vieron en los cerros « cantidad de ángeles agarrados de las manos » y aplaudieron y glorificaron a Dios porque no los iban a matar; y más aplaudieron al ver dos manos plasmadas en la luna. — ¿Por qué no podemos hacer nada? — decían los paramilitares — . ¿Qué es lo que pasa? Vinimos a matar y no hemos matado a ninguno... ¡y nos vamos a ir sin matar! — y no matarían: una llamada: inocentes. — Verdaderamente ustedes tienen un Dios poderoso, porque los planes de nosotros era matar hasta los perros

Montes y calles

Henry Oakeley Salen sin permiso de los alambrados las criaturas de los mayordomos que fueron al pueblo a cobrar los bultos de café... El más grande sienta a los pequeños y provoca al toro con una hilacha roja... Pero los pequeños que se prestaron las tijeras de la escuelita deserban el potrero con la minucia debida a lo interminable...   ***   — ¿Y qué haces? — Promuevo que la brizna devenga en lluvia, y la lluvia en tormenta, para que un rayo me aliente con su estocada.   ***   Ponerte el anillo del muerto; desocupar sus habitaciones   ( meter cuadros, estampillas religiosas, mudas, la radio inservible, el colchón donde murió, la alfombra nunca movida, los recuerdos políticos de sus hermanos, la foto donde carga un bebé y, otra, donde lo besan sus hijas,   a un costal )   desocupar sus habitaciones para que tengas el privilegio de reacomodar la vida a tu gusto.   ***   Creció el Aburrá: se asoma a los desagües; por poco, el río sube a donde es expulsado; pero mantiene su nivel...   L

"no te nombro"

Portada no te nombro porque sería acompañar mi soledad y ya está bien conque la hayas provocado ___ Boundless 2023 , McAllen, Estados Unidos: FlowerSong Press , 2023.

"Abrir los ojos al futuro..."

IA de Canva Abrir los ojos al futuro hidratarlos con agua lluvia sostenerlos con ganchos   No permitir que la resequedad las venas coaguladas   el lagrimal saturado parpadeen el irrepetible crecimiento de levadura de la bomba atómica   Itagüí, diciembre 25 de 2023 ___ Boundless 2024 , McAllen, Estados Unidos: FlowerSong Press, abril de 2024.

Penitencia

MAMM, 2023 Se acordó del hermanito y le juró a la mano peluda que le sobó el talón y lo descobijaba que jamás de los jamases volvería a lanzarlo otra vez.   San Pío X, abril 5 de 2024 ___ Bajo la cama , Morelos, México, abril de 2024.

Un foráneo

"Desasosiego", Esteban Quiroga, 2023  No hay alivio. Alrededor, cualquier paso que se dé es un paso a la furia.   La hospitalidad no es abrir la puerta al extranjero; la hospitalidad es dejarlo pasar; dejarlo pasar para que no se quede...   Y no porque el carro se fugó. Y no porque la pareja fue hallada en bolsas.   Dejarlos pasar para que el cataclismo no se achaque a terceros:   sería el colmo atribuir al foráneo nuestra carnicería.   Itagüí, septiembre 19 de 2023 ___ Revista Venablos , marzo de 2024.

"Simpleza escondida" y "Llama nueva"

Coccinellidae de Colombia, 2015 Simpleza escondida   Millares de coccinélidos — invasores o no — infiltran el convite preinvernal « engullendo miles de áfidos y presas de cuerpo blando » (entomólogo Raupp), proceso de minucias, cosillas menudeadas, átomos glotones, para congregarse — fraternidad policroma — a la síntesis fusionada del metabolismo de sopor en afloramientos rocosos, vaguedad de centro-orbe, o en grandes paredes; y pasan allí, manchón, paleta frondosa, exuberante suma de mariquitas, capaces de reaccionar al antinatural olfato que se topa con la eyectada hemolinfa: supurar contra quien invade, abrigo de la grieta... y a pernoctar el invierno como lucecillas apagadas — lustrosas.   El Pedregal, enero de 2024 ***   Llama nueva   Cérvidos mudando terciopelo por astas punzantes: la testosterona otoñal lima lo velludo, la hospitalaria punta redonda en pastoreo, rebote no incisivo, para abrir machos e inseminar hembras. Los victoriosos miden peso de lanza, atacan la incandesc

Ecopoemas

Carolina Ravassi Si este es el preámbulo del Niño y se fritan huevos en los techos y se vende sombra en los semáforos cómo será con el Niño encima llamando la atención haciendo pataletas vomitando a los que se abanican la molicie y las flatulencias en el parlamento Itagüí, abril 10 de 2023   ***   Humo   ... tierra cocida al fuego... José Lezama Lima: “Saint-John Perse: historiador de lluvias”   Hectáreas de páramo incendiadas Crepitar de gota solvente Cambios bruscos de chispa en viento Quema pastizales y sobrevuelo comandado a las columnas estacionarias La fase de control se despide como el frailejón ascendente “Vemos un área de difícil acceso; brigadas de socorro capitalino; descargas de líquido retardante en aviones; el apoyo tomará la máxima contundencia” Las llamas amenazaron la comunicación quemaron las mangueras delegadas “Kilómetro cuarenta y tres del cacerío” El incendio más grande tiene dos días de los diez forestales “fuego exudado” atributos del sol   El Pedregal, enero 24

A trechos

Omar Ornelas, El Paso Times “Hemos visto un cadáver”: los huesos sobresalían del lodo, puntiagudos, cubiertos aun por tiras de ropa; yo me perdí de mi grupo: me orillé para orinar y cuando volví al camino las personas que conocía se fueron; ahora otros grupos subían las laderas, cargaban a los niños en brazos o sobre los hombros o a la espalda; se apoyaban en palos, los partían, los tiraban; ¿esos bebés están vivos, zarandeados sin firmeza, colgadas sus manos?; ¡cuántos habrán que tenido que pasar por aquí, para que el sendero empiece a bajar (se atrinchere)!; los ojos buscan ojos, animales en la maleza, bandidos, resguardos; “¿Por qué no avanzamos, papá? ¿No ves que se embarraron nuestras botas y nuestros pantalones; no ves que si no nos apuramos la selva nos hará suyos?”; la selva los recobra, los atosiga, los embadurna de su color, de su pesadez, y los va atando, los descansa sobre sus troncos, les brinda hondura a sus carpas y epitafios a sus durmientes; “Adelante, papá, que nos de