Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas de abril, 2025

El primogénito

delatripa , 2025 A eso de las cinco empezó todo: Í pasó, con ropa de trabajo, por la casa de L diciéndole que sí, que el patrón iba a retirar y él le traía lo del señor. Í fue hacia adentro y L, desde las escalas del apartamento de la madre, se pasó a vivir hace una o dos semanas, le decía: —¡Si quieres a las buenas, a las buenas hablamos, pero si no ya sabe...! Media hora después, Í, ya cambiado, volvió a silbar. El hijo salió en bola, bajó las escalas y se despedía de la madre: —¡Mami chao! —¿Te vas a ir en cuero, idiota! —respondió L. Í lo besaba, lo cargaba, mostrándolo a sus amistades, y lo mecía; L bajó con ropa y zapatos, le dijo que si se lo iba a llevar era para cuidarlo en serio y, poniéndole los pantalones, lo subió a la fuerza. Quedaron en verse más tarde. Las diez u once: ya había sacado a la perra, me hice de comer, leí los salmos infinitos y me acosté a pasar revista a las emisoras del teléfono, costumbre de hace poco: le cogí cariño porque la primera vez di con « Lo tuy...

Comprometidos

Skylar Kang, 2020 Personajes:   Clara Ricardo   Apartaestudio con sala, cocina y pieza en un solo lugar. El colchón donde duermen, hace poco se acostaron, Clara con solo un calzón menstral y Ricardo desnudo, está en el piso. La cortina de la ventana, sobre el colchón, a un lado, está corrida pero deja correr las tenues luces de la ciudad; encima de la cama, una foto sin marco de la pareja. Hay un paquete de cigarrillos y un encendedor en el nochero, y, alrededor, ropas tiradas.   Ricardo ( Bocabajo en el colchón, suspira ). –No puedo dormir. ( Repite volviendo la cabeza hacia Clara ). ¿Ya se durmió? Clara ( Bocarriba ). –Ya casi. Ricardo. –Es que no puedo dormir. Conté hasta cinco. Clara. –Cuento otros mil cincos. Ricardo. –No soy capaz; dejo de dormir por concentrame ( Se vuelve bocarriba como un oso acomodado ). ¿Se acuerda de la otra vez...?   Clara se restriega la cara y se apoya en su estómago para alcanzar dos cigarrillos: uno para él y otro para ella, el cual ...

«Corre el intemporal bisbiseo...» y «La trampa y el engaño...»

Atardecer en la pradera , Albert Bierstadt, circa 1870 Corre el intemporal bisbiseo tratando las palmas como bastones y el sitio como retorno. La moneda cae en la almohada y elige entre espumas y coqueteos el cerco del muelle. Si la estancia pausara el nido se hubiesen formado siglas en el coche que enmusga el invierno.   El Pedregal, abril 10 de 2025   ***   La trampa y el daño niegan saberse. Actúan rodeadas por crujidos; al nuevo acompañante una fracción y una salida. Junto al árbol del dios extranjero juegan cartas y apresan por los colmillos la molicie. Aunque intentan con otros a la carga han de buscarle el rechazo el asiento de las praderas estancadas.   El Pedregal, abril 12 de 2025 ___ Kametsa , «Poesía internacional», Lima, Perú, abril 19 de 2025

Por el desagüe

Philosophy , Salvator Rosa, circa 1645 A L.   Calladito, echando los apuros, me dejo llevar en la canoa, temeroso de que un hueso desacomodado te asuste, pero las uñas de la lluvia departen en los lomos del rancho este por donde se desliza la tierra aguada, donde la pezuña y la bota fondean, ahí estaré para cuando la radio te acuerde que me he ido, yo, menos que una hoja, que esos a los que miras sobre el hombro, diosecilla, mucho menos que el sitio guardado para nos, ese donde Salvator Rosa pone su mano derecha en “O cállate o di algo mejor que el silencio”, más que todo para esa boca entrenada para derrumbarlo a uno, hilo quemado con los pelos de la nariz, los filosos que no te importa si los ven o le molestan a nadie, porque más abres y bueno, tú, la encargada de esgrimir los vocablos, el río de blasfemias sabrá que tiene interlocutores en ese momento, digo, en el que me lleve lejos del pedazo de calle donde me abrazo a las rodillas, a un palo que sirve de soporte y luego se...

Calle Al Wihda

Mohammed Saber (EFE-EPA), 2025 Lo inmediato: caras borrosas de hombres, ocho perceptibles y unas dos que dan el reverso, mirando a todo lado, piel que anima el sol a la izquierda, facciones algodonosas, ni una sonrisa. Y las ramas de un árbol sobreviviente a los cables de luz que conectan, inservibles, los costados del horizonte: los edificios, masas negras, polvo con cientos de ventanas que exhalan, algunas, humo negro, recién bombardeado. Los postes erguidos son los abastecedores de la red eléctrica, quizá desconectada, que pasa sobre los otros tantos miles de puntos negros escurridos entre coches detenidos y montañitas de cascajos. Unas pocas sombrillas, rojas, amarillas y moradas o azules, no se deciden entre venir a las caras del principio o ir al fondo, al domo en esqueleto, redondez entre cuadrángulos justo al final, donde puede verse un cielo ceniciento, otro polvo con miras a edificarse y a destruirse. Que entre el cielo por allí, y vea, y juzgue y condene el tránsito del caos...

Profecía del nieto

The Potato Eaters , Vincent Van Gogh, 1885 Reunieron a la familia para celebrar el tumor de colon extirpado a la abuela: según el cirujano, pudo haber maligno. La sentaron en medio del cuarto y le pedían bendición en orden de llegada. El nieto, que comprendía igual a quien ve la primera plana de un periódico, los contaba desde el comedor, probando los dulces que no le trajeron. Sin pensarlo, acercó la Biblia, pasó el dedo sobre el polvo en los salmos y eligió una página al azar. No la leyó; un primo se hizo a su lado, le robó dulces y se reía con los chistes de los tíos. Entonces señaló con el dedo y leyó al oído de su primito: —«Ve y dile que sobrevivirá a su enfermedad, aunque el Señor me ha hecho saber que de todos modos va a morir» —y guardó silencio.   El Pedregal, marzo 12 de 2025 ____ Alborismos , año VI, núm. 18, Trujillo, Venezuela: Ediciones Alborismos, abril de 2025

«Gloria del martillo que hizo fuego...»

At the Deathbed , Edvard Munch, 1895 Gloria del martillo que hizo fuego pecando en las rosas tendidas. El mármol fue abortado y entonó partos de luna. Lirios que supieron callar los cisnes insomnes y las esferas sin dueño. Cardos que rebasan la espera encienden el limbo reflejo copia de lontananza. Enciérrate huye de los caprichos que te han robado la entraña antes de que pases a adornar el lecho cómplice.   El Pedregal, noviembre 26 de 2024 ___ Boundless 2025: the official anthology of the 18th Annual Rio Grande Valley International Poetry Festival (VIPF) , McAllen, Estados Unidos: FlowerSong Press , 2025

Instancia al sueno

La ciudad desbordada, contaminación del aire , Lila Carrillo, 1969 Bato la sobremesa dañina indispensable para la comparsa de enfrente cuyo reverso entusiasmado da a la candela bailones extintos. Sé de brujos retirados en sus globos amándose al fragor de tamboriles tocados por eunucos, sus roídos fermentos, sus minas llagosas, y colman el istmo dorsal con zambas que se fabrican para el nacimiento del portador. Él beberá mi copa, se tragará los responsos, dirá por fin el barro y su temple hostial a embebidos viajantes de frontera. A ellos dos pretende el apto estéreo que no las liras de latón; mi receta desentona los bombos y los pasa al labial del caos bebible.   El Pedregal, julio de 2024 ___ Reflejos del corazón , Montevideo, Uruguay: IX Concurso Internacional Comunidad Literaria Versos Compartidos , Versos Compartidos Editorial, 2024

Iván Cáceres o el sueño performático (I)

Cortesía de Iván Cáceres Alejandro Zapata entrevistó al artista contemporáneo Iván Cáceres (La Paz, Bolivia, 1976), partícipe de la exposición Latinoamérica: arte y ciudadanías críticas ; conversaron sobre los fundamentos de su obra, es decir sobre los sueños, la psicoarquitectura y la máquina que le sugiere Medellín.   1. ¿De qué sueño eres rehén?   A veces me he preguntado desde cuándo soy un rehén, y a pesar de que el tiempo ha transcurrido, me he dado cuenta de que es precisamente la palabra el «medio», es decir, soy un medio: los sueños han hecho de mí un rehén para transmitir lo que ellos quieren mostrar. En ciertas ocasiones llega un momento agotador: aparece un sueño, aparecen dos, tres, cuatro, y así sucesivamente todos los días. En las mañanas los empiezo a registrar, nacen con una mancha, nacen con un boceto, tan rápido, tan rápido que duran dos o cuatro segundos, máximo seis, y con el tiempo se han hecho muy elaborados. Y estas formas de información que uno recibe,...

Mandado

Noticias de Gipuzkoa , 2024 Se quitó la camisa y mandó por unas pastillas, acetaminofén e ibuprofeno, y cerró la puerta con macho: volvió al sofá, tiró el casco, se acostó apoyado en el codo y luego montó las piernas: miró el segundo piso del apartamento del frente, a la muchacha en pijama amontonar las medias y los cordones secados en la celosía de la reja: se puso la camisa de almohada pero la muchacha volvió a entrarse: abre la boca, respira, se pone las manos sobre las costillas y soba el pedacito de carne derretida del pecho: tocan: se le cae una pierna, la sube con la mano y se fija en los canales: el nieto se encarama al balcón, le ve la cara entre los barrotes de la baranda: cierra sus ojos con la mano que obedece su último aliento.   El Pedregal, febrero 23 de 2025 ___ La Micrera. Pasajeros de la microficción , Hualpén, Chile, abril 14 de 2025

Tomas farianas

«Guerrillero de las FARC-EP ondea la bandera en las montañas de Colombia»,  Memorias farianas , 2025 I   Atención que el guerrillero ondea la bandera frente a la montaña desde el punto escalado, y el arreglo a sus pies es el límite desde el cual la roca se amplifica, las oleadas de aire se entrometen con la tela y fijan el mirar de los camaradas atrás, en caso de haberlos, como el que la sostiene, derecho, guardando posición, presentando el símbolo a quien habite las extensiones, a la cordillera misma, porque les ha permitido avanzar, ha sido refugio para la marcha, y es cuando los tintos fueron servidos, los planos estudiados, la agenda de la reunión lista, que se presenta al elemento la causa, el rectángulo que los enfatiza en la lucha, la opción tomada en el campamento nacional, la base que erige la estrategia, fusil al hombro, botas y un cabello que resista las filtraciones del agua pura que a todos baña y por los ríos extiende parte del logro que sube a los montes, se org...