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Entradas

Mostrando las entradas de enero, 2025

Pasilla (VIII)

José Núñez del Arco, 2024 Ver un dragón de Komodo tragarse una cabra y sentirse lleno.   ***   Notas al sincero comelón de jardines. Hay cuotas aplazadas, rincones y decanos ofertando su intensidad, vendiéndose como tornillos sin grasa. Alguien toca a la puerta y ve si me escondo; saqué un poco la cabeza y le vi las uñas de rosa; ¿cómo le habrá ido a la hermeneuta la noche de ayer? No abras: ¿para qué dañarse el sosiego del guayabo domado, la mala racha que se cuece en un hombre? Algo tendrá que salir de aquí para consagrarse a un universo: lee con juicio y haz contactos peruanos en las sesiones de lectura. Siento la necesidad de referirme a un episodio largo, un viaje, mas digo primero las composturas que lo rodean, las hormigas que pasan sobre el cadáver: haciéndose de comer, se comen aperitivos que terminarán por dejar la comida para otra hora. Pero voy a sentarme a escribir, juicioso, y dejaré los asuntos de familia para el lunes, cuando todos madrugan a coger bus y yo a c...

Suma ulterior

La revolución fue el comienzo , Sliman Mansour, 2016 Adelante los que « conservan el alma del país » , los titanes cuya naturaleza son las cúpulas y las hazañas milenarias; móntense en los sillares chamuscados y vean que el capricho ruidoso, las manifestaciones del roedor eran pasajeras, un hálito que solo unos inservibles experimentaron para perdición suya. No siempre los baúles estarán cerrados; Mattar dará a luz en el cultivo; el niño acariciará al perro que lo perseguía; las canciones a la patria serán a sus mujeres, y estas dirán ese algún día que vivieron, el tormento, la ley negada que supo a formaldehído, los secuaces enredándose en sus togas de negación, batallando con la tierra que se les unta, que los empapa mas no los hunde; los sube al monte, los expone a sus cañones que, por bien de otros, se han doblado y no guían el proyectil a la ropa, a las articulaciones desgonzadas. Suban más arriba que él, pequeños, y muestren cómo se puede ver al sol sin apagarlo, a qué sabe t...

Ansia de la esfera

Lugar natal , Eduardo Kingman, 1989 I   Desear el encuentro, la expectativa en el azar, los contagios que deben fungirse: tomarás la forma de mi esperanza y verás que es posible reencarnar el aspecto, atenuarnos uno al otro sin discusiones, yo escuchándote cuando enseñas. Nos llevaremos aquí, porque te insinúas, y no me digas que yo pasé a los bajos, que se ha deshecho las triangulaciones de ese jueves; ha de tentarte un beso, los ánimos de una cumbia que nos levante y nos envuelva en la pista con las maestrandas y los especialistas, con los gentileshombres que manejan sus horarios: recuerdan que los tienen cuando ya todos se van; un baile hasta que escondan los discos: los pasajes se quedarán cortos y las charlas pasarán saltando los muros de las facultades y del Palacio; no será tarde, ni olvidaré las causas, el llamado a la salvación anochecida. Nos detendremos en una casa oculta, entraremos a callar las maneras del follaje, cantaremos cerca de los obeliscos que has visitado y t...

«Inicia enero...»

La senda del haiku , 2025 Inicia enero. Lejos de la alameda canta un gorrión.   El Pedregal, enero 12 de 2025 ___ La senda del haiku , «Versos perdidos», Sevilla, España, enero 15 de 2025

Trece aforismos

La barbería , Cundo Bermúdez, 1942 La esperanza en la juventud se debe a que todavía no ha cogido forma el fracaso.   ***   Los trinchetes de la decencia son robados.   ***   La prudencia llegó a tiempo para enterarse de la hazaña.   ***   Cuando la cobardía es condecorada, mira a tu alrededor cuántos se sienten elegidos.   ***   El sensato conoció la vida en boca de otros.   ***   Creer hace que lo indefendible tenga certeza.   ***   Lo rápido que se le agota el mundo al satisfecho.   ***   Compra un poco más: la insignificancia es tu valía.   ***   La pereza no es asunto de epitafios.   ***   Si los doctores dejaran hablar por el acusado...   ***   La flor de un día conoció las promesas de la eternidad.   ***   La borrachera ameniza el interior poblado.   ***   Júntense los cuerpos que la carne atice.   ...

Disculpa

Gary Heller A modo de reparo le conseguimos un muñeco de nieve: lo dejamos en su cama, apagamos las luces y lo saludamos para que viera en él a un amigo. —¡Manifiéstate! —gritó mamá. Y lo desinfló.   El Pedregal, diciembre 11 de 2024 ___ Muñecos de nieve , II Certamen Literario Luna Llena, España: Luna Llena Correcciones, enero 9 de 2024

Fosca insondable

Pérez Mekem, 2024 Albergan al trueno bosques empantanados y la rama que prefigura los escondites del pluvioso silbo entre consignas y humos de olla. Los cinturones chocan con los arbustos despliegan la zarzamora en telas que van lavando con el correr de eternidades a trocha abierta y el respirar encima del pelaje los deseos del puma por elevar el eucalipto. No solo hueso y prenda se salvan y exhiben la juntura de corrección que carcome grasas y concibe claridades donde las epífitas velan el andar en círculo. Los aguaceros anidan en las botas y llenan el surco de la serpiente y caen en lomos que buscan cuevas que acompañen el eco del jadeo o permitan secar la leña y la carne rescatada a la descomposición primaveral. Qué nubosos embriones mono aullador y tigrillo que pasan al acaso por el oteo iluminado la precisión milimétrica del anolis. Guardan las piedras hongos que iranse a comer y saltarán de hipo en caravana al tesoro que se sirve con branquias y volvas y es arrancado para tritura...

De San Rafael

Hombre cargando bulto , Diego Rivera, 1937 La cabeza ladeada, ¿por los costales llenos de tierra, los bultos de cemento, las piedras de moler que vende como adornos a billares (y reclama llevándoselas cuando no le suman al primer pago)?, el pantalón de dril embombado por las botas, la camisa abierta los primeros botones, un bigote desde los años en que tuvo los hijos y un dar de mano que extiende como si buscara apoyarse, tomar por la punta de un pelo la bebida. Al caminar sin nadie, habla solo, se lleva los dedos a la boca y se la delinea, se rasca el cabello corto, de un amarillo pasado al sol, y se seca la cara con la tela donde monta el bulto; es posible oír a lo lejos aparentes incoherencias que interrumpe: —¡Quiubo peinillero! Sabe el apellido de todos los que vio nacer y de los viejos que remodelan sus casas; a la nieta, cuando el papá la monta en el tanque y sale con la esposa, y Gonzaga viene de la panadería, de invitar a periquito con buñuelo al que le regaló un martillo y un...

Cariz

Se anularon las campanas introduciendo a quien nunca llegó. En la efigie un resucitado entre pastores advierte que al surgir la joya beatífica primero cumplirá sentencia hasta que acepte la infinitud cadena tras el espino.   El Pedregal, 1 de septiembre de 2024 . ___ La Parada Poética , Las Condes, Chile, enero 2 de 2025

Segunda mano

OVACEN , 2016 Toqué dos veces. Debido a la demora, algo se escuchaba adentro, unos pies descalzos que organizan lo indispensable, descargué el tarro. — ¿Quién? — pregunta la dueña. —¡ El muchacho! — dirigí la voz a la abertura bajo la puerta. Abrió un poco, se aseguró de haberme visto antes, abrió un poco más, el cielo gris le acentúo la palidez y los pómulos marcados, y me dejó entrar. Las cortinas a la izquierda producían una coloración otoñal, sanguínea a la mesa de plástico, al mueble y a la cocina, con una olla y una arrocera descansando el domingo con lunes festivo; al único cuarto, al frente de la entrada, lo iluminaban las luces del televisor; y a la derecha, junto al cuarto, el baño que debía pintar y, en la esquina, unas mesas de madera ocupadas por multivitamínicos en polvo, ropas dobladas, cajas de medias y un armario de cinta cerrado. Sus dos hijos, una cachetona quedada en el hablar y un niño, más grande, que articula a los mimos, rodearon el tarro, cogían la brocha, « ¿Í...