Sliman Mansour Cólmalos de abucheos, tírales a la entrada del palacio la puerca ruptura de sus intenciones; que sepan a dónde ha llegado su juego de vinos y trajes copia de hombre, de la tentada atmósfera consular llena de guiños entre reposo y negociación. Lánzales el cardo, ponles un letrero que les delate el disfraz, la angustiada forma que convence al gremio de sátrapas y comerciantes de quinta. Remarca sus desatinos, la gloria con que se empavonan, y límpiate con el trapo que esconden las suciedades que no ha ocultado el hotel ni avisaron las mucamas, pues clara ha de ser la injusticia, porque de otro modo se comerá veneno igual de confiado que tomando leche. No caigas, hermano, en la maniobra, en los propósitos que confiscan el agualluvia y detienen infantes por rocas; combátelos y sé fiel a las hombreras y a los tricornios, a las botas y a las solapas, al latido que no mengua porque pasas la cordillera y te sientes en función de iniciar los confines, semejante a la gloria tucuma
Alejandro Zapata Espinosa
(Itagüí, Colombia, 2002): estudiante de la Licenciatura en Literatura y Lengua Castellana del Tecnológico de Antioquia.